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Traer el Futuro al Presente

equipos liderazgo roadmap Jun 11, 2022

Como ha dicho Alex Charfen, los líderes "son personas que visualizan un futuro radicalmente mejor, luego vuelven al presente y exigen que ese futuro se convierta en realidad".

Para lograr esto, no solamente tenemos que conocer nuestro destino o nuestra visión de futuro, sino que necesitamos un mapa o guía que nos muestre cómo llegar a él.

Como hemos estado analizando en nuestros artículos previos, el Framework de Semco Style describe en detalle el ideal futuro que deberíamos perseguir en el mundo de la construcción de equipos y organizaciones ágiles e innovadoras.

Es decir, lograr que nuestros equipos y organizaciones generen los resultados que esperan nuestros grupos de interés (clientes, accionistas, colaboradores, etc.), tengan un impacto altamente positivo en el ambiente en que se desenvuelven y que sean un gran lugar para trabajar, en base a 5 grandes principios y 15 pilares fundamentales.

Sin embargo, ese ideal no nos sirve tanto si no contamos también con una guía precisa para lograrlo.

Por ello, el Roadmap de Semco Style identifica claramente las etapas clave por las que suele pasar un proceso de transformación organizacional, desde sus orígenes hasta la influencia en todo el entorno.

El Roadmap incluye 11 etapas, que están divididas en 3 grandes categorías secuenciales. La primera categoría se enfoca en preparar un terreno fértil para la transformación, la segunda en la implantación de las mejoras a lo largo y ancho de la organización y la tercera en el fortalecimiento estructural para asegurar la sostenibilidad de los cambios en el tiempo.

La primera etapa del Roadmap se denomina "Liderazgo Valiente", lo cual reconoce que, cualquier proceso de transformación requiere valentía de parte de los líderes superiores de la organización. 

Valentía para imaginar un futuro que todavía no existe, un futuro que necesitará ser muy distinto del presente y el pasado, un futuro que puede ser percibido como amenazante por aquellas personas que quieren mantener el status quo, tanto dentro como fuera de nuestra organización, un futuro que nos obliga a salirnos de nuestra zona de confort y aventurarnos hacia aguas desconocidas.

Esa valentía debe llevar, necesariamente, a la toma de decisiones. Decisiones que establezcan un punto de inflexión con respecto a cómo se han hecho las cosas hasta ahora. No solo en el ámbito técnico, sino en los aspectos normalmente considerados como "blandos", pero que tienen consecuencias muy concretas y reales.

Por lo tanto, debemos decidir cuál es la cultura que queremos que nuestra organización tenga a futuro, cuál es el tipo de talento con que queremos contar y cuál es el tipo o estilo de liderazgo que se requiere para convertirnos en una organización ágil e innovadora.

Debemos "rayar la cancha" en la que vamos a jugar y definir cuáles serán las consecuencias para aquellas personas que no quieran estar a futuro en la misma cancha que nosotros.

Esas personas deben entender que es totalmente legítimo que no quieran ser parte de los cambios. Pero, al mismo tiempo, tienen que aceptar que no es legítimo que deseen interponerse en el proceso de transformación.

Sin el liderazgo valiente, cualquier plan de transformación organizacional no será mucho más que una declaración vacía, con muy buenas intenciones, pero destinada a fracasar desde el principio.