Bienvenidos Los Problemas

"Es difícil hacer predicciones, especialmente acerca del futuro" recita, irónicamente, un proverbio danés, popularizado posteriormente por el beisbolista Yogi Berra.

Obviamente, en un mundo plagado de incertidumbre, como el que enfrentamos actualmente, parece casi imposible enfrentar el futuro con la confianza y resolución que se requieren para embarcarse en cualquier iniciativa ambiciosa.

Sin embargo, es ahí exactamente donde está la clave para marcar la diferencia. 

No en las soluciones que ya existen, sino en los problemas y desafíos que falta resolver.

Como dice otra expresión popular: "La mejor manera de anticipar el futuro es creándolo".

Por eso, es fundamental que generemos una nueva interpretación de los "problemas", de las interrupciones, de aquellas cosas que nos sacan de nuestro supuesto flujo natural de vivir.

Como ha comentado Oliver Burkeman en su excelente libro "Cuatro Mil Semanas", la manera en que la mayoría de las personas enfrentamos la vida es a través de una expectativa irracional de que, en algún momento futuro, todo va a estar en orden, todo va a funcionar perfectamente y vamos a tener el tiempo necesario para hacer cualquier cosa que nos propongamos.

La realidad, obviamente, es diametralmente opuesta.

Siempre hay cosas que no funcionan, siempre hay más cosas por hacer que tiempo para realizarlas, siempre hay más demandas, exigencias y expectativas que las que podemos, razonablemente, satisfacer.

Obviamente, esto puede llevar a algunas personas a la desesperanza y a sentir que no tiene sentido esforzarse, si nunca vamos a poder lidiar con todo lo que enfrentamos.

Sin embargo, es precisamente cuando encaramos nuestra realidad de tiempo y recursos finitos donde aparece la oportunidad para la creatividad, para priorizar aquello que es más importante para nosotros, para realizar conexiones que, hasta ahora, no nos parecían obvias. En definitiva, la oportunidad para innovar creativamente.

Como decía Steve Jobs, "la creatividad no tiene tanto que ver con qué cosas sí incorporamos, sino a qué cosas le decimos que no, qué decidimos eliminar".

Por lo tanto, tenemos que dejar de lado la perfección como estándar de desempeño, fijándonos en el avance que hemos tenido hasta ahora, a través de nuestro esfuerzo y dedicación y agradecer la oportunidad de seguir avanzando a niveles superiores.

Ese es el espíritu que está detrás de todo emprendimiento, no solo de nuevas empresas, sino de cualquier iniciativa que decidamos perseguir con toda nuestra dedicación y energía.

Por ello, el Framework de Semco Style reconoce la importancia de una cultura de Emprendimiento como un pilar fundamental de la Innovación Creativa.

¿En qué consiste el emprendimiento?

Alrededor de 1800, Jean-Baptiste Say, un economista francés, definió el emprendimiento como "la transformación de los recursos económicos desde un área de menor productividad a una de mayor productividad y rendimiento".

La clave, por lo tanto, está en la transformación, no en la perfección.

Por su parte, el semanario inglés "The Economist" menciona que "los emprendedores son personas que encuentran soluciones para las dificultades; perseveran con un plan de negocios en épocas donde otros escapan al cobijo de un empleo a tiempo completo en otro lugar".

El emprendimiento, entonces, florece en aquellos lugares y situaciones donde hay más desafíos, donde pareciera no haber soluciones, donde las probabilidades parecen estar en contra nuestra. Hasta que le encontramos la vuelta.

Y, al mismo tiempo, tener una cultura y espíritu emprendedores implica siempre estar buscando el próximo nivel, la próxima transformación.

Como menciona constantemente Alex Charfen, un reconocido coach de emprendedores, "tu negocio no es perfecto y, si te va bien, nunca lo será".

En definitiva, nuestro objetivo no debería ser llegar a aquel punto idílico donde todo está resuelto y las cosas funcionan automáticamente.

Un objetivo mucho más interesante es avanzar constantemente, desarrollando habilidades, conocimientos y competencias que nos permitan resolver problemas y desafíos de mayor complejidad y envergadura.

Esa es la cultura que necesitan crear los líderes vanguardistas, que desean construir organizaciones ágiles e innovadoras.