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Aire Fresco Periódico

cultura equipos roadmap Sep 03, 2022

En tiempos donde la incertidumbre no parece más que aumentar y aumentar, la capacidad de adaptarnos y recuperarnos de situaciones adversas suele marcar la diferencia entre aquellas personas, equipos y organizaciones que serán exitosas a futuro y las que se quedarán en el camino.

Por supuesto, todos sabemos racionalmente que no tiene ningún sentido tratar de resolver desafíos totalmente nuevos con soluciones diseñadas para una realidad pasada distinta.

Sin embargo, eso es lo que ocurre con demasiada frecuencia.

Cambia nuestro entorno, pero nosotros insistimos en realizar el trabajo y resolver los problemas de la misma manera que en el pasado. Simplemente, porque "es lo que nos ha funcionado antes".

Obviamente, esa respuesta no hace más que ampliar la brecha entre las necesidades y desafíos de nuestro entorno y las soluciones, productos y servicios que somos capaces de proveer, complicando aún más la situación.

Por lo tanto, es fundamental, si queremos ser exitosos, si deseamos liderar efectivamente nuestros equipos y organizaciones, que nos mantengamos abiertos a formas nuevas y distintas de hacer las cosas.

Que seamos capaces de reconocer qué aspectos de lo que hacemos se deben mantener y reforzar y cuáles es necesario ajustar, reinventar, rediseñar o ejecutar de una forma distinta.

Que pongamos mucho más foco en los resultados que necesitamos lograr, en responder adecuadamente a las necesidades de nuestro entorno, que en soluciones específicas, en procesos y procedimientos concretos para realizar nuestro trabajo. Aunque hayan funcionado bien antes.

Por ello, el Roadmap de Semco Style destaca la importancia de "Desarrollar Capacidad de Respuesta" en nuestros equipos y organizaciones.

Está comprobado que quienes mejor responden a las alteraciones en el ambiente incorporan el cambio como una parte fundamental de todo lo que hacen.

Están constantemente conectándose con sus distintos stakeholders o grupos de interés, entendiendo las variaciones en sus necesidades y realizando experimentos controlados que les permitan ir innovando, aprendiendo y optimizando su forma de realizar el trabajo y conseguir los resultados.

La investigación y la experiencia ha mostrado, una y otra vez, que las organizaciones más ágiles y resilientes son aquellas que mueven la capacidad de respuesta hacia abajo en la estructura organizacional, hacia los equipos y colaboradores que están en contacto diario con sus clientes, proveedores, comunidades y otros stakeholders.

Les proveen guías claras y los empoderan para que puedan captar cualquier cambio y responder rápida y adecuadamente, cuidando tanto los intereses de los stakeholders como los de la propia compañía.

Asimismo, estos equipos y organizaciones incorporan prácticas que les obligan a revisar periódicamente si su forma de hacer las cosas sigue siendo relevante y si es conveniente o necesario generar cambios.

Prácticas como revisiones trimestrales, sesiones de cuestionamiento y reinvención de la forma de realizar el trabajo, definición de metas y prioridades de corto plazo o mover a las personas a que hagan su trabajo en un entorno distinto suelen proveer aire fresco y perspectivas inusuales que llevan a mejores resultados.

Más pronto o más tarde, la "realidad" nos alcanza y nos pide verificar la distancia entre lo que propusimos y lo que logramos en concreto.